BIDASOA (14/04/06)
75 ANIVERSARIO DE LA II REPÚBLICA
14 de abril en la plaza de San Juan
La Asociación Nicolás Guerendiain rinde homenaje a los ideales republicanos y a quienes los defendieron
MARÍA JOSÉ ATIENZA/
Protagonistas iruneses,
en la
exposición
'Irun republicano'.
[F. DE LA HERA]
13.00 horas: en la plaza de San Juan, txalaparta e izada de la bandera republicana, acompañada de la interpretación del 'Himno de Riego' por la Banda de Música Ciudad de Irun.
14.00 horas: En el restaurante Irungo Atsegiña, comida popular.
Bandera: Colocación de la bandera republicana en los balcones.
IRUN. DV. La Asociación Republicana Irunesa Nicolás Guerendiain celebra hoy el 75 aniversario de la proclamación de la II República con una serie de actos, que tienen por objeto rendir homenaje «a lo que fue, en los años treinta, el intento de construir un estado profundamente demócratico, federal, laico, social y solidario», señala Marijo Nogués, miembro de la asociación.
La exposición, 'Irun republicano', instalada en la sala de la Caja Laboral (paseo de Colón), es la actividad más destacada dentro del programa organizado por la asociación Nicolás Guerendiain. En cuanto a los actos pevistos para hoy, la plaza de San Juan será escenario, a la una de la tarde, de la izada de la bandera republicana, acompañada por la interpretación del 'Himno de Riego', por la Banda de Música Ciudad de Irun. A continuación, los participantes en el acto se reunirán en el restaurante Irungo Atsegiña donde se celebrará una comida popular.
La República en Irun
La exposición 'Irun republicano' puede visitarse hasta el próximo domingo, día 16. El objetivo de la muestra es «recuperar la memoria de aquellos momentos, traer a la memoria a esos iruneses e irunesas que lo dieron todo, hasta la vida, pensando en nosotros, sus descendientes», señala Juncal Oiartzun, miembro de la Asociación Nicolás Guerendiain.
Uno de aquellos momentos, la proclamación de la II República en Irun, ha quedado reflejado en el acta de la sesión celebrada el 14 de abril de 1931 en la Sala Capitular del Ayuntamiento. «En la Ciudad de Irun, siendo las diez y nueve horas del día catorce de Abril de mil novecientos treinta y uno», recoge textualmente el acta, «se reunieron en el salón de actos de la Casa Consistorial los Sres. Don Jorge Segura, Don Julian Bellido, Don Claudio Urtizberea, Don Florencio Yracheta, Don Modesto Gal, Don Luis Salis, Don Gerardo Bionche, Don Evaristo Larrañaga, Doña Rosario Gelledea, Don Benito Boda, Don Camilo Arocena, Don Miguel Liceaga, Don Francisco Fernandez, Don Antonio Ortiz y Don Fernando Estomba, quince de los veinte Concejales elegidos el doce del corriente, que fueron previamente convocados, así como los demás Señores Regidores que dejaron de asistir a la Sesión, a requiremiento del Comité Ejecutivo de la Conjunción republicano-socialista de la localidad formado por los Señores Don León Iruretagoyena, Don Emilio Zufía, Don Aquilino Gutiérrez y Don Nicolás Guerendiain, el cual Comité, de orden y delegación del Gobierno Provisional republicano constituido en Madrid, se había hecho cargo horas antes del gobierno (local) de la Ciudad, por haberse proclamado la República en España».
El nuevo Ayuntamiento se dio por constituido «ante numeroso público que ocupaba completamente el salón», describe el secretario, «siendo designado por aclamación Don Jorge Segura Sagardía, Alcalde provisional de la Ciudad, como Concejal que obtuvo mayor votación en los comicios del domingo último».
A continuación, Segura Sagardía, tomó la palabra expresándose en los siguientes términos: «Es deber de cortesía agradecer con todo el alma el apoyo que nos habéis prestado para ostentar la representación del pueblo.Y es grande nuestra satisfacción por haber tenido la suerte de ser los primeros concejales al servicio de nuestro deseado régimen republicano. En estos momentos solemnes en los que hemos dado un alto ejemplo de ciudadanía demostrando con hechos que los del verdadero y auténtico orden somos nosotros, os ruego en nombre de todos mis compañeros del Concejo, que sigáis como hasta ahora puesta siempre la mirada en el siguiente lema: Orden, Orden y Orden».
El caserío Pikoketa
Cinco años después, el 11 de agosto de 1936, se vivió otro de los episodios que marcó la historia de la II República en Irun. Quince milicianos defendían, como avanzadilla, la posición de Pikoketa cuando las tropas insurrectas recibieron la orden de ocupar la línea Aia-Erlaitz-Pagogaña. De aquellos quince jóvenes, sólo dos, Alejandro Colina y José Arocena, lograron escapar. El resto -Mertxe López, Pilar Vallés, José María Arruti, Víctor Genua, Jesús López Casado, Agapito Domínguez, Bernardo Usabiaga, Manuel Justo Alberdi, Miguel López Pascual, Vicente Agote, Agustín Bermejo, Félix Luz Echeverría y Ángel Braña fueron fusilados contra las paredes del caserío. A ellos, rinden, también, homenaje los actos organizados por la Asociación Nicolás Guerendiain.
BIDASOA (14/04/06)
BIDASOA
«Durante la Segunda República existió en Irun una actividad política muy importante»
El irunés Marcelo Usabiaga es uno de los pocos testigos que vivió la histórica fecha que marcó un antes y un después en nuestra ciudad
MAITANE OLAIZOLA/
Marcelo Usabiaga muestra el carnet
que le acreditaba como miembro
activo de la guerrilla española
en Francia. [MICHELENA
Marcelo Usabiaga: Es irunés y fue militante del Partido Comunista durante los años de la Guerra Civil española. Actualmente reside en Hernani.
Edad: 90 años.
Condena: En 1939 le condenaron a 30 años de prisión de los cuales cumplió 21.
Fotografías en blanco y negro de la época junto con los vivos colores de la bandera republicana recuerdan estos días la fecha en la que se proclamó la Segunda República, hace ya 75 años. El irunés Marcelo Usabiaga, que actualmente reside en Hernani, es uno de los pocos supervivientes que pueden contar cómo se vivió aquel histórico 14 de abril en Irun, cuando tan sólo era un adolescente. Ingresó en 1933 en el Partido Comunista Español, y durante la Guerra Civil combatió en los frentes del Norte. Perdió a su hermano en los fusilamientos de Pikoketa, él mismo fue condenado a cadena perpetua y finalmente cumplió 21 años de cárcel. A sus 90 años se siente orgulloso de poder contar en primera persona todo lo que ocurrió entonces.
- Vivió muy joven los inicios de la República. ¿Cómo lo percibió usted siendo tan sólo un niño?
Yo vivía en Irun y recuerdo estar con los amigos, en mi época de estudiante, y preguntarnos entre nosotros que sería eso de la 'República'. La profesora que teníamos en la escuela era muy republicana y nos habló de ello. En casa también eran muy republicanos y empecé a ir con mi padre a reuniones. En 1930, cuando apenas tenía 14 años, se fraguó el Pacto de San Sebastián que hizo posible el advenimiento de la Segunda República, también ocurrió lo de la sublevación de Jaca. Percibí todo aquello con mucha curiosidad.
- ¿Cómo vivió aquel 14 de abril de 1931?
Estaba estudiando Perito Mercantil. El recuerdo que tengo de ese día es que la mitad de los iruneses fuimos a recibir a un tal 'Regaliz', que se había escondido tras el suceso de Jaca. Ese día salió de su escondite y se asomó al balcón de su casa. Toda la gente aplaudía y estaba feliz. Aquel día, cuando se proclamó la Segunda República, hubo en Irun un jolgorio tremendo.
- ¿Cómo era el Irun republicano?Era una ciudad liberal, bastante vital desde el punto de vista político y social. Se fundaron los semanarios 'Irun Republicano' y 'El Bidasoa', y se utilizaban como arma política, ya que en este sentido había una actividad importante. Económicamente decayó mucho la ciudad. Hubo una crisis laboral y el Ayuntamiento, con Luis Salís como alcalde, se solidarizó mucho. La verdad es que en aquellos años vivíamos muy tranquilos y muy bien, la gente estaba muy alegre.
- ¿Todo ello se truncó con las elecciones de 1933?
Sí, fue un mazazo tremendo que ganase la derecha. Su triunfo electoral no fue aceptado por la izquierda, aunque pasaron dos años hasta que venció el Frente Popular. En ese periodo volvimos a la clandestinidad y yo, como buen conocedor de la frontera, me dedicaba a pasar armas. Al final, en 1936, la República fue asesinada. Desde entonces tenía mucho miedo a Irun porque allí era muy conocido políticamente.
- ¿Cuándo entró en la política?
Con 17 años. En 1933 me afilié a la Juventud Comunista de Irun, por indicación de un amigo, Ramón Ormazabal. En total éramos unas doce personas. Como conocía bien la frontera recogía a gente en la estación del Norte de San Sebastián y les ayudaba a cruzar la frontera esquivando a los carabineros. De contraseña, para comunicarnos entre nosotros, llevábamos 'La Voz de Gipuzkoa' bajo el brazo izquierdo. En uno de esos viajes me cazaron en Errentería, en 1934, pero al mes salí en libertad.
- ¿Qué recuerdos tiene de los primeros momentos de la Guerra Civil, cuando se destruyó la ciudad?
Las personas se quedaron sin hogar y muchas de ellas abandonaron Irun. Algunos nunca regresaron. Yo tampoco. Dejé la ciudad en 1936 y ahora vivo en Hernani. El incendio arrasó la ciudad. Se organizaron guerrillas contra Franco y yo combatí en el frente de Irun. Ayudaba también a las guerrillas a pasar la frontera.
- Los miembros de una de esas guerrillas, entre los que se encontraba su hermano, fueron fusilados en Pikoketa en agosto de 1936. Fue un hecho que marcó a los iruneses.
Sin duda. Aquel 11 de agosto, mi hermano, junto a otros republicanos iruneses con edades comprendidas entre los diecisiete y los veinte años, se encontraba en la posición de Pikoketa. Un grupo de requetés navarros tomaron por sorpresa aquella posición y fusilaron a la mayoría, sin juicio alguno. Sólo cinco pudieron escapar. Hasta el cambio democrático ese hecho permaneció en la memoria de todos nosotros, los iruneses que habíamos defendido la República, y recordando que los restos de los muertos permanecían todavía enterrados en algún lugar de las campas de Pikoketa.
- En 1939 usted fue detenido y condenado a 30 años de cárcel. A pesar de estar preso siguió luchando por la República.
Cumplí 21 años de cárcel. Ingresé el 10 de abril de 1939, me cazaron en uno de los intentos de cruzar la frontera, y salí el 16 de julio de 1960. Entre medias tuve un mes de vacaciones, porque me fugué, aunque luego me volvieron a detener y estuve incomunicado por fugista. Durante ese tiempo obtuve un permiso para hacer resúmenes de libros. Escribir al exterior era una necesidad. Sacábamos información cifrada sobre los acontecimientos de la cárcel, corrientes de opinión internas al partido. El método era tan eficaz que las autoridades creían que retransmitíamos las noticias por radio. Finalmente se vio que el alzamiento popular no era suficiente para vencer a Franco. Yo cumplí mi condena y hasta hoy.
- Años después de salir de la cárcel, usted y otros familiares de los fusilados en Pikoketa cumplieron con una deuda pendiente: fueron a buscar los restos que atestiguaban la matanza.
Así es. En 1976 nos movilizamos con el fin de mantener el recuerdo de quienes fueron inhumados y en 1978 procedimos a la exhumación de los restos. Excavamos la zona donde se creía que podían estar, hasta dar con los huesos, monedas, calzado... La verdad es que nos costó mucho localizarlo. Posteriormente, el Ayuntamiento de Irun cedió un panteón y se trasladaron los restos al cementerio de Blaya. Desde entonces los familiares colocan, todos los años, una corona de flores en el panteón para conmemorar el aniversario.
- Hace unos días asistió a la inauguración de la exposición instalada en la Caja Laboral 'Irun republicano' ¿Qué le pareció?
La Asociación Republicana Irunesa me invitó y me emocioné mucho. Se está dando un movimiento importante por recuperar esa parte de la historia y eso es muy bonito.
BIDASOA (14/04/06)
Defensores de la Constitución de 1931
Ricardo Sánchez Urolategui firma esta carta: «Quienes hayan pasado estos días por la sala de exposiciones de la Caja Laboral, en el Paseo de Colón, habrán tenido la oportunidad de poder admirar una pequeña muestra documental de lo que fue la realidad de la República Española a nivel de estado y más concretamente en Irun. Este trabajo, realizado por quienes manifiestan públicamente hoy su sentir republicano, al cumplirse los 75 años de la proclamación de la Segunda República, quiere rendir un sentido homenaje a todos aquellos hombres, mujeres y niños que, por defender la legalidad constitucional, fueron muertos, encarcelados, exiliados y represaliados.
Este despertar de la memoria no es un hecho aislado, se viene produciendo en todo el estado y en las comunidades de aquellos países que generosamente abrieron sus puertas para acoger a nuestros refugiados. Es importante para la actual sociedad irunesa conocer lo que pasó, cómo pasó y porqué pasó. De tal forma que podamos ir levantando poco a poco, y entre todos, la enorme losa que unos desalmados echaron sobre ellos y a su vez sobre nosotros. Honor a su memoria».